¿Qué es la ansiedad?

¿Y tú me lo preguntas? Ansiedad, eres tú.

Es cuando te falta la respiración y al mismo tiempo la tienes acelerada. Cuando tu corazón decide que el galope es un buen ritmo y tu cerebro se embota y no puede pensar en nada más que en el gran mareo que lo embebe. Gran parte de las horas que tiene el día. Todos los días.

 Es cuando quieres salir corriendo mientras sólo puedes quedarte paralizado. En el sitio. Sabiendo que debes cambiar tu posición si quieres que te deje de caer sistemáticamente esa fría y sucia gota sobre la nuca. Pero no lo haces, porque no sabes si al hacerlo, adoptararás una nueva en la que caigan más gotas, o en la que pasen cosas peores.  Y ahí te quedas.

Y el aire que sale de tu pecho es ácido, raspa , es denso y pesa mucho. Y crees que nadie puede ayudarte. Y crees que nunca vas a salir de ese estado.

Y la cadencia no decelera, no aminora, no da tregua. No cesa el crepitar de ese fuego que te quema por dentro, que carboniza tus sueños, tus esperanzas, tu potencial. Que para tu vida en seco.

Porque después quedas agotado, y tienes un gran cansancio en todos los planos. Por mucho que duermas, cuando duermes, siempre estás cansado. Y la energía es un bien muy escaso.

Pero tienes que seguir haciendo todo aquello que las personas hacen todos los días, así que te arrastras, como puedes, por la vida. Y cada día te desgastas más. Cada día queda menos de tí. Cada día eres más infeliz.

Tus sonrisas son fingidas,sí, pero amables y generosas. Porque te cuesta un mundo ponerlas, pero nadie tiene la culpa de ello, así que te las plantas en la cara para agradar y para que ilumine algo el rostro de paso. Y para que nadie note que te mueres por dentro.

Porque todos tenemos problemas, no quieres ser la persona débil que no puede con ello. No.

Y sigues.

Y así no.

No puedes.

Déjate caer. Y di en voz alta que quieres bajarte de este tren que tanto te angustia.

Grítalo.

Mucho y muy fuerte.

Y cuando te quedes sin aire en el grito, verás que éste es más suave y liviano.

Pega un portazo y deja lo que te atraviese el alma. Hazlo, no por valentía, que la requiere, sino por salud.

Sacar los pies del tiesto, es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu vida. En especial cuando tu tiesto es uno estándar del Ikea, pequeño, asfixiante y sin drenajes .

No abandones. NUNCA.




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