No usar flash



Paseaba yo por una calle  muy concurrida y me choqué con un hombre que salía de un edificio. "En la tele sale más guapo", pensé al instante, al reconocerle, pero cambié de opinión cuando me miró directamente a los ojos, y pude ver los suyos a escasos centímetros de los míos. Creo que hasta bizqueé.

- Perdona, voy como un loco, con las prisas...- Yo tenía cara de suricato trepanado- ¿Estás bien? ¿Te he hecho daño?

- Eh...No...Eh... No lo sé - Me había calzado un pisotón del trece y me empezaba a doler bastante- Creo que me has roto un pie, pero a lo mejor ya estaba así...- Mi dedo gordo del pie derecho se hinchaba por momentos y se embutía contra las tiras de mi sandalia.

 -Joder, lo siento. Perdóname, ven siéntate aquí- Y me cogió del brazo, con bastante nerviosismo, para llevarme hasta el poyete de un escaparate donde pude sentarme- Tienes una buena morcilla ahí...

 Lo mismo podría decir yo de ti- Pensé, y me sonrojé al segundo, como una colegiala.

- Creo que deberías ir a que te lo vieran, te estás poniendo como un tomate de roja, tiene que dolerte bastante - Asentí con la cabeza, me dolía, aunque no estuviera colorada por eso-  Ven, espera, que pido un taxi y vamos a urgencias. Joder, tengo que estar en media hora en la otra punta...

- No te preocupes, de verdad, puedo coger un taxi yo sola- Y me levanté con toda la dignidad que mi morcillita del pie me permitía, pero al apoyarlo sentí una punzada de dolor que me hizo gritar- ¡Mierda! Ayúdame a parar un taxi y ya voy yo sola, de verdad, no hace falta que vengas conmigo.

Se acercó al borde de la acera y a los dos minutos alzó la mano para indicarle a un taxi que parara. Se acercó a mí y me cogió de la cintura para ayudarme a llegar al vehículo.

Dos fotógrafos apostados en la esquina captaron la instantánea, él rodeándome con el brazo.

Me ayudó a introducirme en el taxi y tras meter la mano al bolsillo se inclinó metiendo la cabeza dentro del coche para darme un billete de cincuenta euros.

- ¿Y esto?
- Para pagar el trayecto, es lo menos que puedo hacer, me da mucho cargo de conciencia dejar que vayas sola. Ha sido culpa mía.
- No hace falta que pagues, y menos cincuenta euros, pienso ir a un hospital de esta ciudad...- Me reí.

Los fotógrafos seguían disparando fotos, e incluso se acercaron, de una manera poco sutil hasta que,incluso, pude verles la cara.

- Hay dos tíos sacando fotos justo detrás de ti- Avisé.
- Lo sé, de vez en cuando se me pegan al culo y no me los quito de encima en días. Disculpa el circo, a veces es un infierno. 

Le di mi número y tras disculparse y decirle yo por enésima vez que no se preocupara, cerró la puerta del coche. Le pedí al taxista que me llevara a urgencias de la Princesa, el hospital más cercano. Y tras ello, cambié  rápidamente la foto del WhatsApp (foto horrible de la despedida de soltera de mi amiga Sole) , no fuera a verla mi destroza pulgares particular...

No tardaron en llegar las fotos a los programas y revistas rosas que sacaban mi cara anunciándola como "La atractiva joven que le ha cautivado el corazón", y  junto a titulares como "Primeras imágenes del incipiente amor entre el joven y una misteriosa morena" o "La enigmática joven con la que se besa en un taxi". Todo muy original y creativo.

Si supieran...









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