Ficción novelera

Sabes, por el escalofrío que te recorre los huesos
del devenir de los míos.
Y aciertas cuando predices
 con qué complicaciones me untaré la piel.
Y los complejos.
Y cuándo romperé más espejos.

Y sientes cada descarga de dolor en mi carne
como si se propagara por la tuya
Intensa, honda y aguda.

Pero fallaste en quererme y en olvidarme
cuando yo quería estar presente.
Cuando ansiaba una mano más elevada que la mía
que en lugar de alborotarme el pelo con desplantes
ejerciera, aunque malas, de mil madres.

Tantas, como yo necesitaba.









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